¿Por qué la nube es clave para salir al mercado internacional?
December 5, 2016Alguna vez tendrás que migrar a Cloud
December 19, 2016He pasado los últimos 6 años evangelizando sobre los beneficios del Cloud Computing, y aun siendo siempre bien recibido y obsequiado con café, en la mayoría de los casos lo que he encontrado ha sido un gran escepticismo, temor a “lo desconocido”, conservadurismo, muy poco conocimiento sobre lo que es y lo que significa Cloud en la era de la transformación digital, y sobre todo excusas, muchas excusas…. Mejor no las enumero, pues seguro las sabéis o las intuís, o las habéis hecho vuestras.
Todo ello no me ha detenido en perseverar en mi mensaje, porque a pesar de que entre los miles de artículos y marketing sesgado que llevamos viendo en los últimos 4 o 5 años, seguía plenamente convencido que Cloud Computing llegaría a la madurez y a la adaptación masiva, al fin del principio y al comienzo de la verdadera aceptación e innovación, a lo que hoy ya parece ser mainstream… haciendo una analogía con el mundo de la industria musical, que tanto me gusta, los aficionados seguimos teniendo vinilos, pero el consumo masivo de la música es hoy día en formato digital.
Nadie ha dicho que el viaje de transición de los servicios y sistemas IT tradicionales al Cloud sea fácil, ni económico, ni que no implique ciertos riesgos (¡y si alguien lo ha dicho, que sepa que no estoy de acuerdo!). A pesar de que adoptar y migrar a Cloud supone un coste, y que no siempre Cloud es más económico que el IT “on premises”, hay motivos más que suficientes para plantearse la transición, pero en este artículo no me voy a concentrar en esos beneficios, sino en los riesgos a los que se exponen las empresas que no emprenden el viaje.
No plantearse adoptar Cloud Computing dentro de la estrategia de una empresa es una apuesta arriesgada, bastante arriesgada, y así hemos visto como miles de empresas van desapareciendo a medida que se quedan ancladas en éxitos pasados y dejan de innovar, o no pueden hacerlo con la velocidad y agilidad necesaria, y cómo pierden rápidamente el tren de la evolución tecnológica e industrial.
Vemos continuamente empresas startup, nacidas adoptando una estrategia basada 100% en el mundo digital, social y móvil (todo lo cual necesita el pilar fundamental de las tecnologías Cloud), cómo en relativamente poco tiempo logran competir de tú a tú con grandes empresas consolidadas, y como a menudo los superan, gracias a que son empresas más flexibles, más ágiles, escuchan mejor, se adaptan mejor y proporciona una mejor experiencia cuando se relacionan con los clientes y consumidores. Son empresas que están mucho más preparadas para realizar cambios ágiles y rápidos, y por tanto, mucho más competitivas. Esto no sería posible sin los avances tecnológicos y digitales.
La expresión “destrucción creativa” fue popularizada por el economista, profesor de Harvard, Schumpeter, -uno de los grandes autores de la economía del cambio y la innovación- y con ella se refería a los procesos industriales en los que la innovación termina destruyendo las viejas técnicas hasta hacerlas inservibles, provocando periodos de incertidumbre y crisis, donde finalmente sólo sobreviven las empresas que tienen gran capacidad de adaptación a los nuevos métodos y entornos tecnológicos. De esta manera, muy resumida, explicaba Schumpeter la constante renovación de las empresas y las industrias.
Algunos de los riesgos de No Adoptar o comenzar el proceso de transición al Cloud Computing son:
- Pérdida de competitividad
- Lentitud y extremada burocracia en los procesos de innovación (si es que hay alguno)
- Obsolescencia del software y de la tecnología
- Necesidad de seguir utilizando CAPEX y costes en “commodities”, dejando así menos capital para inversiones estratégicas
- Mucha más lentitud y falta de agilidad para llegar a nuevos mercados y nuevos consumidores
- Muchos más recursos, esfuerzos y costes para desplegar soluciones
- Necesidad de invertir tiempo y esfuerzo en planificar las capacidades tecnológicas….
Adoptar Cloud Computing no es ninguna garantía de éxito empresarial, pero no hacerlo aumenta las posibilidades y los riesgos del fracaso.